The curious incident of the dog in the night-time

Hace varios años que leí este libro, del escritor Mark Haddon, en su versión original. El motivo por el que escribo ahora sobre él es, primero, porque se trata de un gran libro, y segundo, porque no hace mucho ha llegado a mis manos su versión en castellano para ebook, y me ha dado por releerlo (título en español: El curioso incidente del perro a medianoche).

El libro está narrado en primera persona por Christopher, un chico de 15 años con Síndrome de Asperger.

Chistopher es un genio para las matemáticas, tiene una memoria fotográfica (hasta tal punto que incluso resulta mareante) pero tiene serias dificultades para comprender a las personas, sus estados de ánimo o para entablar con ellas relaciones. Además, ahora le ha dado por hacer de detective e investigar la muerte del perro de su vecina.

La novela es muy muy original. Christopher lo mismo nos cuenta sus propias manías como nos propone teoremas matemáticos para demostrar. El libro nos sorprende con dibujos y esquemas con los que el narrador pretende ponernos en situación.

La trama también sorprende. Christopher va a llevarse muchas sorpresas y hará importantes descubrimientos a lo largo de su investigación.

Pero sobre todo, este libro nos hace entender a Christopher, ponernos en su lugar y compartir su peculiar percepción del mundo y su opinión sobre las demás personas.

Es fácil comprender lo duro que ha de ser vivir con una persona con este síndrome. Pero este libro nos hace comprender lo duro que es también para quien lo padece.

Por cierto, la versión original en inglés de este libro es también muy recomendable para quienes, como yo, no están demasiado acostumbrados a leer en ese idioma, puesto que tanto por el vocabulario que utiliza como por sus construcciones resulta bastante asequible.

A este libro le doy una puntuación de un 7.5. Por su sencillez, originalidad y la sensibilidad con que trata un tema no tan sencillo.

Pasta con Verduritas y Pollo

Esta receta que presento aquí pertenece a mi colección de recetas propias bajas en grasa. Ya se sabe que a mí me encanta la pasta, que la pasta puede preparse de mil maneras diferentes y que un plato de pasta no tiene porqué ser un plato poco saludable. La pasta en sí, tiene un alto contenido en hidratos de carbono, pero un contenido en grasas escaso.

La idea de este plato es combinar ingredientes con escaso o nulo contenido en grasas, y usar los que sí que tienen un contenido importante en grasas con mucha moderación, sólo para darle al plato un toque de sabor y color.

PASTA CON VERDURITAS Y POLLO

Ingredientes:

- 2 ó 3 filetitos de pollo finitos

- 200 gramos de pasta de colores (en este caso he mezclado unos lacitos y unas espirales de la marca de Pastas Gallo)

- 2 tomates hermosos

- 1/2 pimiento verde

- 1/2 cebolla

- 5 ó 6 judías verdes planas

- Un par de dientes de ajos

- Un par de lonchas de queso light. Existen de diversas marcas y hay que tener en cuenta que tienen aproximadamente la mitad de contenido en grasas que los que no son light, pero que aún así, siguen teniendo un contenido en grasas de en torno al 12-14%. Debe usarse por lo tanto con moderación en una dieta ligera en grasas.

- 4 ó 5 aceitunas negras. Las aceitunas no es un ingrediente muy "light", ya que tienen un contenido en grasa que ronda el 20%. Sin embargo, usadas con mucha moderación pueden servirnos como condimento, para adornar platos y darles un toque de sabor. Eso sí, dos o tres aceitunas por ración son suficientes.

- Sal

- Orégano

- Un par de cucharadas de aceite de oliva virgen

Preparación:

1) Ponemos una cacerola con abundante agua y un puñadito de sal a hervir. Lavamos las judías verdes, les cortamos los rabitos, las troceamos, y las echamos junto con la pasta en la cacerola. Cocemos durante unos 10 minutos, hasta que la pasta esté tierna.

2) En el mismo agua hirviendo podemos echar los dos tomates durante unos instantes para poder pelarlos bien. Los sacamos y los pelamos y troceamos.

3) Pelamos y picamos en cachitos muy finitos los dos dientes de ajo, la media cebolla y lavamos y cortamos también en rodajitas muy finitas el trozo de pimiento.

4) Cortamos los filetes de pollo en tiritas finas y le añadimos un poco de sal por encima.

5) Colocamos en una sartén con sólo un hilito de aceite el pollo, los ajos, la cebolla, el pimiento y los tomates. Lo sofreimos todo un poco a fuego medio-fuerte hasta que esté el pollo doradito. Vamos machacando el tomate poco a poco al mismo tiempo.

6) Cuando se haya consumido casi todo el caldo de los tomates, añadimos a la sartén la pasta escurrida con las judías verdes. Mezclamos bien con el resto de los ingredientes, y seguimos calentando un poco a fuego medio.

7) Cortamos las aceitunas negras en rodajas y las añadimos a la sartén. Espolvoreamos una pizca de orégano también.

8) Colocamos las dos lonchas de queso también en la sartén y removemos un poco hasta que se vayan fundiendo. En un par de minutos podemos ya apartar del fuego la sartén.

9) Servir la pasta bien calentita, y una vez en el plato, rociar con una cucharada de aceite de oliva virgen crudo, y ¡ala! a disfrutar de este plato de pasta con poquita grasa.

NOTA: Esta es una de esas recetas que uno prepara con lo que tiene en ese día en la nevera. Se podría hacer mucho más variado y completo este plato añadiendo más verduras, como calabacines o guisantes, que podrían cocerse al mismo tiempo que las judías y la pasta.

La soledad de los números primos

Esta novela la devoré en escasos días, tal y como llegó a mis manos.

Es la primera novela del joven escritor italiano Paolo Giordano. Este escritor, licenciado en Física y al parecer dedicado también a ella profesionalmente, nos deja en su libro numerosas referencias matemáticas, empezando por el propio título.

Dos números primos se dice que son gemelos si están separados por una distancia de 2. Se cree que existen infinitos pares de números primos gemelos, aunque esta conjetura está aún sin demostrar.

El autor escoge esta metáfora para contarnos la historia de sus dos personajes protagonistas, Alice y Mattia, unidos siempre por un fino hilo pero siempre separados. Siempre solos.

La historia es trágica desde su inicio. En la niñez de ambos ocurren episodios que los marcarán de por vida y que condicionarán siempre sus relaciones y sus actitudes ante la vida. 

Ambos personajes viven una relación en la que predomina por encima de todo la soledad de ambos, esto los une, pero a la vez los separa inevitablemente. 

El retrato psicológico de los personajes y la profundidad a la vez que sencillez con que se narran todos los acontecimientos, hace que el libro enganche y el lector busque con ansia el final, quizás con la esperanza de que esa distancia constante se funda (si lo hace o no, eso no voy a desvelarlo aquí).

A este libro le doy un 8 como puntuación. Está magníficamente desarrollado, el argumento atrapa, intriga desde el principio y te mantiene atento hasta el final. Los personajes están muy bien caracterizados con todas sus peculiaridades y rarezas. Las referencias matemáticas resultan muy poéticas.

Un libro sumamente triste y excelente.  

Bansky

Hoy he descubierto a Bansky, o más bien, a algunas de sus obras, puesto que Bansky no es más que el pseudónimo tras el que oculta su identidad uno de los grafiteros más famosos de los últimos tiempos.

Su personaje parece siempre ir rodeado de cierta polémica, encontrando detractores tanto entre quienes simplemente no consideran el grafitti un arte, como entre muchos grafiteros que lo acusan de vendido por trabajar para grandes empresas o galerías de arte, cuando el mensaje de sus obras pretende ser anticapitalista y de protesta.

En todo caso, y observando sus obras, no cabe duda de que es un gran artista, dotado de un enorme sentido crítico.

A mi me ha encantado encontrarlo por aquí.

Sauce ciego, mujer dormida

Hace ya algunos meses que terminé de leer este libro de uno de mis autores favoritos de los últimos tiempos, Haruki Murakami.

A diferencia del resto de libros que he leído del autor, todos ellos novelas y algunas de ellas de una extensión considerable, en esta ocasión se trata de un libro de relatos cortos.

El título del libro hace referencia a uno de estos relatos, aunque en él convergen relatos escritos por Murakami en diferentes épocas.

Veinticuatro relatos que no dejan indiferente, rodeados casi siempre de esa estela onírica, esa mezcla de realidad y fantasía que hace genial el estilo del autor.

En mi opinión estos cuentos son más íntimos que cualquiera de sus novelas, más personales, más cercanos a su autor. Quizás porque como él mismo reconoce en el prólogo, para Murakami "escribir novelas es un reto, escribir cuentos es un placer".

A mí lo que más me fascina de Murakami es su gran imaginación y su capacidad de crear ambientes describiendo con todo detalle escenas cotidianas, actos rutinarios que vuelven verosímil una trama surrealista. Murakami para mí es un perfecto escritor de sueños, capaz de llegar hasta su fondo, dotarlos de coherencia y transformarlos en historia. Por eso quizás me gustan especialmente relatos como Conitos o La piedra con forma de ríñón que se desplaza día tras día, por citar un par de ellos.

Esta recopilación de cuentos está muy a la altura de sus grandes novelas, pero presentándonos su ingenio en pequeñas dosis.

Aún así, aunque he disfrutado mucho de la lectura de este libro, no puedo compararlo con la genialidad de sus novelas.

¿Una puntuación del 1 al 10 para este libro? Pues le doy un 6.5, que no está mal, pero no es demasiado comparado con el 8 o el 9 que se llevarían su Crónica del pájaro que da cuerda al mundo, Kafka en la orilla, o El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas, a mi juicio, las tres mejores novelas de este gran escritor.

Crema de Espárragos Trigueros

Comparto hoy, después de una temporada sin recetas, otra receta más de crema de verduras, esta vez de espárragos trigueros

CREMA DE ESPÁRRAGOS TRIGUEROS

Ingredientes:

- Un manojo de espárragos trigueros

- 2 ó 3 patatas medianas

- 1/2 cebolla

- Un trozo de puerro

- Un vaso de leche desnatada (200-250 ml aprox.)

- 3 quesitos "light"

- 1/2 limón

- Sal

- Pimienta

- Una rebanada de pan tostado

- Un par de cucharadas de aceite de oliva virgen

Preparación:

1) Lavamos y pelamos las patatas y las cortamos en rodajas. Lavamos los espárragos y los troceamos con las manos empezando desde la punta, hasta que ya en lugar de partirse fácilmente se doble el tallo, y deshechamos esa parte. Lo colocamos todo en una olla cubriéndolo todo con agua y añadimos un puñadito de sal. Lo ponemos a hervir.

2) De mientras, lavamos y picamos la cebolla y el puerro en trocitos muy finitos. En una sartén grande, a fuego medio salteamos ambas cosas. Se puede añadir una cucharadita de aceite para sofreirlo sin que se pegue (pero siempre el aceite con muuuucha moderación cuando se trata de fritangueo). Apartar del fuego una vez se ponga la cebolla doradita.

3) Una vez que rompa a hervir la olla con las patatas y los espárragos, dejarla hirviendo a fuego medio-alto durante unos 10 minutos.

4) Añadir a la sartén las patatas y los espárragos que ya estarán más o menos tiernos. No escurrir mucho, dejar que se quede algo del caldo de cocción. Añadir poco a poco la leche, y mantener a fuego medio-bajo durante unos 15 minutos, siempre removiendo de vez en cuando para que no se pegue y estrujando la verdura un poco, hasta que más o menos se forme una pasta y quede poco caldo.

5) Añadir los quesitos y dejar que se fundan y mezclar con el resto.

6) Añadir un poco de sal y pimienta (sólo una pizca) y el jugo de medio limón. Remover bien todo.

7) Apartar del fuego, y pasar por la batidora la mezcla resultante, hasta que quede una crema fina. Ya está lista la crema de espárragos.

8) Servir caliente, añadiéndole por encima una cucharada de aceite de oliva virgen y unos trozos de pan tostado.

La paradoja del barbero

Esta paradoja fue idea de Bertrand Russell, filósofo, matemático y reformador social británico, así como premio Nobel de literatura en 1950 por su obra filosófica y humanista.

Imaginemos una pequeña población que tiene un solo barbero. Se exige a todos los hombres que vayan bien afeitados. Algunos se afeitan a sí mismos en casa, otros acuden al barbero. El barbero está obligado a afeitar sólo y exclusivamente a los hombres que no se afeiten por su propia mano.

¿Quién afeita al barbero?