miércoles, 31 de marzo de 2010

La voz: conclusiones

Como conté hacé ya bastante tiempo, me he estado leyendo la última novela de Arnaldur Indridason traducida al castellano: La voz.

En realidad terminé de leerla hace ya mucho. Tanto hace que al acabarla empecé a leerme La playa de los ahogados, de Domingo Villar (autor de Ojos de Agua, novela que ya me leí y comenté aquí) y ya me la he terminé también hace como un par de semanas.

Así que antes de que pase más tiempo y me olvide de todo lo bueno y lo malo de La voz, voy a comentarla.

Argumento:

El viejo portero de un famoso hotel de Reykjavik, Gulli, aparece asesinado, vestido de Papá Noel pero con los pantalones bajados, en un cuartucho del sótano del hotel, donde al parecer vivía. Erlendur es, junto con sus ayudantes Sigurdur Óli y Elínborg, el encargado de investigar este nuevo crimen.

Al parecer nadie conocía muy bien al pobre hombre, ni siquiera en el hotel en el que llevaba gran parte de su vida trabajando.

Erlendur, solitario como siempre, se hospeda en el propio hotel para pasar las Navidades mientras intenta avanzar en sus investigaciones, que le llevarán desde el mundo de la prostitución (donde le guiará su propia hija) hasta los coleccionistas de discos.


Lo bueno:

Como en las dos novelas anteriores de Indridason (La mujer de verde y Las marismas), los capítulos son cortos, el estilo directo, la acción rápida, los diálogos vivos. Todo ello contribuye a que la lectura sea muy rápida y enganche.

He de decir que, a diferencia con las dos novelas anteriores, esta vez la intriga se mantiene hasta el final, siendo éste menos predecible. Y eso es lo que hace que, para mi gusto, ésta sea la mejor novela de las tres.

En los otros dos libros del autor, la solución siempre es bastante retorcida, pero no se sabe muy bien cómo, el espabilado de Erlendur sin venir a cuento parece conocer las respuestas desde el principio y parece que toda la investigación que realiza no se encamina más que a confirmar sus sospechas.

En esta novela, como digo, esto no es así. Erlendur por una vez no es tan listo y no tiene ni idea de por dónde van los tiros. Hay varios sospechosos, todos con algo que ocultar, y hasta el final del libro no se sabe cómo encajan cada una de las piezas.


Lo malo:

No sabría definir exactamente qué es lo que tiene este autor para que el estilo de sus novelas me parezca bastante frío (tal vez que es islandés y que todo se desarrolla en Islandia puede ser un motivo para que sea frío).

Supongo que, aparte de que se trata evidentemente de una obra traducida (el islandés, la verdad, no lo domino como para leerla en versión original), el propio estilo es ya muy directo, aséptico. Y esto es una constante en las obras del autor.

Aparte, para mi gusto, los personajes también son algo fríos. No tienen una personalidad demasiado marcada, y Erlendur es todo un topicazo de policía: solitario, divorciado, incapaz de controlar su propia vida, pero muy perspicaz a la hora de investigar.

Luego, otro detalle que no me gusta demasiado es la historia de Elínborg y el juicio de un niño supuestamente maltratado por su padre que, la verdad, no aporta nada a la trama y tampoco sirve para ambientar ni para dar a conocer mejor a los personajes de la novela, con lo que sólo sirve para rellenar.

Pero lo que menos me gusta es ese recurso de empezar de pronto a hablar "en cursiva" como si hubiéramos vuelto al pasado, para rememorar algún acontecimiento antiguo. La verdad que ese recurso es muy cinematográfico, y en una peli puede quedar muy bien de pronto unas imágenes antiguas que le aclaren a uno lo que pasó. Pero para una novela queda forzado.


Valoración:

Una novela entretenida sin más. La mejor del autor, eso sí, por eso se merece por lo menos como puntuación un 6. Un caso de asesinato interesante, pero nada más. Como quien ve un capítulo de una serie de polis.

jueves, 25 de marzo de 2010

Arroz con Salchichas

Sigo poniéndome al día con las comidas de las últimas semanas, aunque he de decir que unos problemas estomacales me han tenido unos pocos días tomando arroz en blanco, tortillita francesa, filetitos de pollo a la plancha y, de beber, manzanilla (de Pompadour, cómo no, igual que una de las amantes de Luis XV). Todas comidas tristes y recetas tontísimas que no voy a compartir aquí.

Para traquilidad de todos, dejo constancia de que mis males gástricos no han sido provocados por ninguna de las recetas que aquí comparto, sino desencadenados por una sobredosis de café, comida rápida y un poco de estrés.

Este Arroz con Salchichas es una de las recetas que tenía pendiente de escribir.


ARROZ CON SALCHICHAS


Ingredientes:

- 4 ó 5 salchichas. He usado un paquetito de las Wieners Bocadillo de Oscar Mayer, que trae cinco. Por lo visto Oscar Mayer es una marca perteneciente a Campofrío Food Group. Con esto vuelvo a enterarme de otra de estas macro-empresas de alimentación que tienen un viaje de marcas conocidísimas cada una.

- Un vaso de arroz

- 1 cebolla mediana

- Un par de dientes de ajo

- Un tetrabick pequeño de tomate frito. Por ejemplo, he usado esta vez uno de Orlando, de 210 gramos, con aceite de oliva virgen.

- 3/4 litro de caldo de pollo. Otra vez he usado el Caldo de Pollo de Gallina Blanca (Gallina a la que de camino le mando un saludo, ya que se ha paseado hace unos días por este blog)

- Una ramita de perejil

- Sal

- Aceite


Preparación:

1) Echar un chorrito de aceite en una sartén bien hermosa y ponerlo a calentar. Añadir las salchichas, troceadas, y dorarlas un par de minutitos. Una vez doraditas, sacarlas de la sartén y reservarlas para después.

2) Picar la cebolla y el ajo en trocitos pequeñitos. Echarlo todo en la sartén y dorarlo un poco también.

3) Añadir el tomate frito a la sartén junto con un chorreoncillo de caldo de pollo (para que no se nos queme el tomate). Mezclar con la cebolla y freir todo unos cinco minutitos, removiendo de vez en cuando.

4) Añadir el arroz y las salchichas. Verter la mitad más o menos del caldo de pollo. Añadir un poco de sal y el perejil picado.

5) Cocer a fuego lento, tapado, removiendo de vez en cuando. Ir añadiendo más caldo de pollo conforme se vaya consumiendo. En ponerse bien blandito el arroz tardará unos 20 o 25 minutitos.

Empancinar (o empancinarse)

El Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua no recoge este término que, sin embargo, y por lo que he podido investigar, es usado en diversos lugares con significado similar: hartarse o llenarse excesivamente al beber o comer.

Este término parece ser empleado en bastantes lugares de La Mancha, Extremadura y Andalucía. No he encontrado nada claro sobre su origen, y es una lástima que no lo recoja ningún diccionario, puesto que parece estar bastante extendido. Sólo aparece en algunas recopilaciones de términos de uso local.

Y es así como he encontrado que es habitual el uso de esta palabra en Abengibre, un pueblecito de unos 1000 habitantes, de la provincia de Albacete. Allí suele emplearse al parecer con el significado de "Hincharse excesivamente de comer, llenar mucho la panza, darse un atracón".

También en otro pueblo de Albacete, Férez, al sur de la provincia, he encontrado que esta palabra es usada con un significado más parecido al que yo conozco: "Tomar líquidos sin medida hasta indigestarse".

También la he encontrado en Almansa, como sinónimo de empachar.

Con el significado de hartar o empachar también he encontrado la palabra en Navatrasierra, pueblo de la provincia de Cáceres.

Otro rastro del uso de esta palabra lo he encontrado en Monroy (también de Cáceres) con el significado de "Comer o beber en exceso".

En Higuera de Vargas (en la provincia de Badajoz) también se usa con el significado de hartar.

Aunque su uso en Andalucía no lo tengo por el momento documentado, yo llevo diciendo esa palabra desde toda la vida, así que doy fe de que se utiliza. Para mí el significado sería "hartarse de beber agua o algún otro líquido".


martes, 16 de marzo de 2010

Arroz con Pimientos

Bueno, sigo poniéndome al día con las recetas atrasadas. El otro día puse un arroz con pimientos, que se prepara como explico a continuación.



Ingredientes:

- Un vaso de arroz (así es más o menos como calculo para dos personas, y me salen dos platos bien generosos)

- Dos latas pequeñas de pimientos morrones. Creo que son de 80 gramos, no lo sé a ciencia cierta porque las que he comprado no ponen absolutamente nada en la lata, seguramente lo pondría en el cartón que debí tirar el primer día que las usé, y ahora no se sabe siquiera que son latas de pimientos.

- Una lata pequeña de aceitunas negras (unas 15-18 aceitunas)

- 1 litro de caldo de pollo (por ejemplo, de Gallina Blanca)

- 1 cebolla

- 3 ó 4 cucharadas de queso en polvo

- Aceite

- Sal


Preparación:

1) Poner a calentar un chorrito de aceite en una sartén o cazuela grande.

2) Picar en trocitos pequeñitos la cebolla y cortar en cachitos también chiquititos los pimientos morrones, y echarlo todo a la sartén. Dorar a fuego medio, unos 5 minutitos.

3) Añadir el arroz a la sartén, y un poco del caldo de pollo. Dejar cocer tapado, a fuego medio-bajo durante un buen rato.

4) Ir añadiendo conforme se vaya consumiendo, más y más caldo de pollo, poco a poco, hasta que el arroz se ponga tiernecito. Esto viene a tardar unos 20 o 25 minutos. Dejar tapado y remover de vez en cuando.

5) Cuando falte poco para que el arroz esté listo, añadir las aceitunas (enteras o bien cortaditas a rodajas si a uno le da el punto). Añadir también una pizca de sal y mezclar bien. Cocer unos minutillos más.

6) Espolvorear el queso por encima y dejar reposar un poco antes de servir.

Si a uno le apetece, puede uno colocarlo en el horno unos minutitos para que se funda el queso y gratinarlo un poco, pero vamos, que sin meterlo en el horno está rico igualmente.

Pasta con Salmón

Bueno, voy a intentar ponerme al día con las recetas de la última semana.

El pasado fin de semana preparé en un momentito un plato clásico de pasta: los espaguetis con salmón, uno de mis platos de pasta preferidos.


Ingredientes:

- Unos 200 gramos de spaguetis normales.
Esta vez he usado un paquete que tenía ya abierto de la marca Buitoni, y así me he enterado de que es una marca que pertenece a Nestlé, junto con otras bien conocidas como La Cocinera, Bonka, Solís o Litoral, aparte de las muchas marcas que ya se saben que son de Nestlé porque lo pone bien claro en los paquetes, como La Lechera o Nescafé
Pero en realidad este plato me gusta más prepararlo con spaguetis con tinta de sepia, de esos negros (como por ejemplo los Spaghetti al Nero di Seppia, de la marca Dalla Costa).

- 1/2 cebolla

- Un par de dientes de ajo

- 50 gramos de salmón ahumado. En el Supersol venden unos paquetitos muy monos de 100 gramos (de la marca del propio Supersol) divididos en dos partes independientes de 50 cada una, que me vienen muy bien para preparar cualquier plato con salmón sin tener que dejar el paquete abierto a la mitad.

- Nata líquida para cocinar (un tetrabrik pequeño, de los de 200 ml)

- Queso en polvo (2 o 3 cucharadas)

- Aceite

- Pimienta

- Eneldo (el que yo uso es el típico que viene en un bote de especias, este es del Mercadona -de Hacendado- y pone "Eneldo Hojas")

- Un par de hojas de laurel

- Una pastilla de caldo de pescado (de las típicas de Avecrem, aunque yo las que tengo son también de Hacendado)


Preparación:

1) Poner a fuego fuerte una olla con abundante agua y echarle la pastilla de caldo de pescado. Cuando hierva, añadir la pasta y cocer unos minutos (según el tipo de pasta, entre 5 y 10 minutos más o menos).

2) Al mismo tiempo poner a calentar a fuego medio-bajo un chorrito de aceite en una sartén grande.

3) Picar la media cebolla en trocitos pequeñitos (recordando a Epi y Blas), así como los dientes de ajo y añadirlo a la sartén. Espolvorear un poco de pimienta negra molida, otro poco de eneldo, las hojas de laurel y el salmón cortado en trocitos. Freir todo, removiendo, durante unos 5-8 minutos.

4) Escurrir bien la pasta y añadirla a la sartén. Mezclar bien la pasta con todos los demás ingredientes. Darle así vueltas durante un par de minutos.

5) Añadir la nata a la sartén. Ir removiendo de vez en cuando, manteniendo el fuego bajo, hasta que la nata se haya consumido.

6) Al servir, ya en el plato, espolvorear un poco de queso en polvo por encima.

viernes, 12 de marzo de 2010

Reanudar

     reanudar.
1. tr. Renovar o continuar el trato, estudio, trabajo, conferencia, etc. U. t. c. prnl. (Usado también como pronominal)

Después de una pausa de una semana en la que, por diversos motivos (fumigaciones y desbarajustes varios) he tenido poco tiempo para dedicar al blog, ha llegado la hora de reanudar su actividad habitual.

Tengo en cola unas pocas recetas, así como algún que otro libro y algunas paridas más para compartir. En los próximos días intentaré ponerme al día.





sábado, 6 de marzo de 2010

Epi, Blas y la cebolla

Cada dos por tres, haciendo de comer, se me vienen a la mente Epi y Blas.

Recuerdo vagamente un episodio (por más que he intentado buscarlo por aquí, no lo he encontrado) en el que uno de ellos estaba llorando y llorando, y el otro, como buen amigo, en su afán de consolarlo, le iba regalando todos sus juguetes, hasta que se descubría que en verdad la llantina se debía a que estaba cortando cebollas y entonces era él quien se hartaba de llorar porque lo había regalado todo.


No sé qué tipo de trauma infantil desató en mí el asunto, que llevo toda la vida acordándome de ellos cada vez que pico una puñetera cebolla.

Fumigar

Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, este es el significado de fumigar:

     fumigar.
(Del lat. fumigāre).
1. tr. Desinfectar por medio de humo, gas o vapores adecuados.
2. tr. Combatir por estos medios, o valiéndose de polvos en suspensión, las plagas de insectos y otros organismos nocivos.

No es exactamente gas lo que estamos aplicando en las paredes y el techo, sino un fungicida líquido.

Es lo que pasa cuando uno vive en un edificio antiguo, en la última planta, y después de 128 días lloviendo sin parar.

Aquí dejo unas imágenes de lo que espero no tener que ver nunca más dentro de mi casa.