Me he tomado una temporada de vacaciones en lo que a la actividad del blog se refiere, ya que he estado ocupada con otros asuntos vitales tales como hacer limpieza a fondo de mi casa, interesarme por la decoración de interiores o aprender un poco de Diseño 3D. Ya se sabe, cosas varias, que quizás algún día de estos comente en este mismo blog.
Hoy por hoy, habiendo pasado más de un mes desde mi nueva vida
sin vesícula, ya no tengo por qué realizar una dieta estricta, sino que voy pudiendo comer de todo un poco, aunque mi dieta sigue siendo en general baja en grasas.
En estos tres meses he aprendido mucho sobre los alimentos, pues la necesidad me ha hecho fijarme mucho en en el aporte nutricional de cada comida, he aprendido cómo cocinar para que los platos sean más ligeros y de paso he adelgazado unos siete kilos y medio, con lo que queda claro que no hay mal que por bien no venga.
Así que para retomar la actividad del blog presento esta vez una crema de berenjenas, de mi serie de recetas bajas en grasa. Es verdad que ahora mismo en pleno verano, tomarse una crema calentita se apetece muy poco, y poner el horno o llevarse tres cuartos de hora guisando delante del fuego se apetece menos todavía, pero aquí dejo la receta para cuando las temperaturas nos den alguna tregua.
CREMA DE BERENJENAS
Ingredientes:
- 2 berenjenas
- 2 patatas grandecitas
- 2 tomates hermosos
- 1/2 cebolla
- Un par de dientes de ajo
- Un vaso de leche desnatada
- 2 ó 3 quesitos bajos en grasas (ya he repetido unas pocas veces que uso unos de la marca
Santé, la verdad es que no he encontrado otros todavía con niveles de grasa parecidos)
- Orégano
- Sal
- Pimienta
- Un par de cucharadas de aceite de oliva virgen
- Un trozo de pan tostado
- Pimentón
Preparación:
1) Para empezar, vamos calentando el horno a 200ºC, lavamos las berenjenas, tomates y patatas, y pelamos las patatas. Pelamos y picamos a trocitos muy finos la media cebolla y los dos dientes de ajo.
2) Una vez calentado el horno, envolvemos las berenjenas cortadas por la mitad longitudinalmente en papel de aluminio y las colocamos en la bandeja del horno. Las calentamos durante unos 45 minutos.
3) Para sincronizarnos bien, cuando a las berenjenas les quede aproximadamente 15 minutos, ponemos en una cazuela los tomates y las patatas, los cubrimos de agua con un poco de sal y lo colocamos a fuego fuerte hasta que rompa a hervir.
4) Una vez rompa a hervir el agua, sacamos los tomates y los pelamos. Las patatas las dejamos unos 5 ó 10 minutos más.
5) En una sartén o cazuela grandecita, colocamos la cebolla y el ajo cortaditos y lo ponemos a fuego medio, con varias cucharadas del caldo de cocer la verdura. Lo calentamos un par de minutos.
6) Añadimos los tomates troceados a la sartén con la cebolla y los ajos. Lo mezclamos todo bien, machacamos bien el tomate para que quede trituradito.
7) Sacamos las berenjenas del horno, y con una cuchara vamos sacando la carne de la berenjena y colocándola en la sartén con los demás ingredientes.
8) Las patatas las sacamos también de la cazuela, las troceamos y las añadimos a la sartén con todo lo demás.
9) Añadimos el vaso de leche desnatada y cocemos a fuego lento un buen rato (unos 20 minutos) removiendo de vez en cuando. Si es necesario se irá añadiendo un poco de caldo de cocer la verdura, hasta que veamos que la verdura está toda tiernecita y que forma una mezcla espesa.
10) Añadimos los 3 quesitos, una pizca de orégano y otra de pimienta. Cocemos 5 minutillos más.
11) Apartamos del fuego y lo vamos colocando todo en el vaso de la batidora. Batimos bien hasta que adquiera consistencia de crema y lo colocamos en un cazo para calentarlo justo antes de servir. En este momento podemos probar la crema y corregir la sal.
12) La crema está ya preparada, y podemos conservarla en la nevera hasta que vayamos a consumirla (no recomiendo de todas maneras dejarla más de 24 horas).
13) Cuando vayamos a tomarnos la crema, calentarla bien previamente y una vez servida en el plato, decorar con una pizca de pimentón espolvoreado por encima, una pizca de orégano y una cucharada de aceite de oliva virgen en cada plato y algunos trocitos de pan tostado.